lunes, 13 de octubre de 2008

alavio-embate /// embate-alavio

entrevista realizada por www.1000metrosbajotierra.tk
año 4, nº18, agosto 2008.


¿Qué es un documental político? ¿Un arma de denuncia? ¿Una herramienta transmisora e instructiva sobre una visión sobre lo político? ¿Una forma de transmitir la información que los medios masivos de comunicación evaden?


Alavio: Sin duda un documental político es aquella película que trata un tema social contemporáneo o histórico. Para transformarse en herramienta de organización y lucha libertaria es necesario profundizar en algunas características de producción y difusión. Nosotros reivindicamos el uso de los documentales como herramienta, consideramos importante la actitud militante del grupo de realización. En primer lugar, esto significa la expectativa de que los materiales puedan motivar reflexión y en lo posible acciones concretas contra la opresión y explotación por parte de los espectadores. Nuestra aspiración es perder el control sobre los documentales y que sean apropiados y usados en el sentido que estimen necesario las compañeras y compañeros en lucha.

Embate: ¿Qué producción audiovisual no es política?
Toda producción, sea documental, sea ficcional, se constituye mediante un recorte de “la realidad”, si es que puede establecerse como unívoca y determinada. Todo recorte requiere una toma de decisión y toda toma de decisión es política.
Entonces, ¿la clasificación “documental político” es realmente válida?
En este sentido, consideramos más acertado otro tipo de recorte para distinguir los diversos documentales.


¿Qué tipo de documentales ustedes consideran que son políticos? Documentar una protesta ¿es una forma de protesta?

A:
Documentar no es una protesta en sí misma. Nos parece importante el acuerdo político explícito con los protagonistas de los documentales, esto incluye ser permeables a las demandas y necesidades de las organizaciones, campañas y luchas que retratamos y de las cuales muchas veces formamos parte. Y estar a disposición de cumplir el rol que sea necesario que excede el mero hecho de registro.

E: Al considerar la condición política de cualquier material audiovisual, nosotros recortamos un trozo de realidad, un acontecimiento a registrar, con el fin de generar un acto reflexivo y crítico, primero en nosotros en tanto realizadores, y luego en la relación obra-espectador. Entonces, sin limitarnos a una determinada organización de los recursos estéticos-narrativos, nuestro objetivo con cualquier material es producir una reflexión crítica.
Creemos que el mero registro de una protesta no se constituye como “protesta en si misma”. La disconformidad con mucho de lo establecido no unívocamente deviene protesta. Para una parte de los temas sobre los que se protesta (seguramente con justo motivo), creemos que la solución está en nuestras manos. Por lo tanto, la disconformidad también puede devenir acción en oposición a la queja inherente a este sistema paternalista de un estado/poder actuando como el gran dador/castigador. En estos últimos años, la devaluación de lo que comúnmente se considera “protesta”, ha llegado a la desnaturalización total de este tipo de manifestaciones. Por lo tanto, ¿la protesta es una forma de protesta?

¿Cuál es la relación entre la producción y los espacios de difusión? ¿Cómo difunden ustedes sus producciones?

A: Desde hace varios años tenemos la política de utilizar y apropiarnos de todas las instancia posibles de difusión. Para esto es insustituible la proyección con debate presencial del público, pero también como formas amplificadoras de los contenidos de los documentales usamos tanto la televisión por cable, emisiones de televisión de aire comunitarias e internet a través de la página Ágora TV que es un sitio de video militante donde se encuentra material del Grupo Alavío y de muchos realizadores colectivos e individuales.

E: No existe una intención de limitar el material a un determinado tipo de espectador. Somos conscientes de que cada material va encontrando su contexto según su contenido y forma particulares. La experiencia nos muestra que los circuitos autogestionados son los que más han difundido nuestro material.
Esperamos que nuestro material, al no tener un circuito de proyección ni un grupo de espectadores “cautivos”, permanentemente siembre semillas que tratan de invitar a la reflexión, a la revisión. Esta característica nos aleja de la complacencia de cualquier doctrina, lo cual es fundamental para la constitución de toda herramienta verdaderamente crítica.

¿Cómo afectan al lenguaje del documental las nuevas tecnologías, Internet por ejemplo, que posibilitan un mayor acceso a la información y a las imágenes?

A: La tecnología digital dio un impulso muy grande al desarrollo del cine y video militante. En los ochenta y noventa había una excusa difícil de superar cuando los programadores de televisión o de muestras y festivales no querían determinado material que era el soporte de registro. Se consideraba solamente “profesional” determinados formatos a los que no accedíamos. Desde fines de los noventa la entrada de equipos digitales empató los formatos. Entonces se empezó a valorar mucho más los contenidos que el soporte material de registro. La edición digital permite muchas posibilidades expresivas tanto en términos de experimentación como de cantidad de producciones. Internet abre un espacio de comunicación de alcance mundial todavía poco explorado por el cine militante.

E: Forma parte de un conjunto de condiciones que transforman el lenguaje audiovisual en sus cuatro etapas de producción (preproducción, producción, postproducción y difusión del material). La cotidianidad del lenguaje se ve tan afectada como la humanidad.

De igual modo, el desarrollo tecnológico posibilita al espectador la rapidez y la independencia en el acceso al material ¿cómo afecta esto?

A: Esta característica da mayor cantidad de información lo que no es lo mismo que calidad, buscar materiales de valor sigue siendo una tarea que requiere gran trabajo. Sí nos parece importante el acceso libre y gratuito (relativamente gratuito) que da internet por ejemplo. Pero es una cosa que reivindicamos para cualquier tipo de exhibición, no nos parece bien cobrar entrada para acceder a nuestros materiales.

E: Nos permite una difusión más amplia.

¿Hay, asociado a este desarrollo en los medios para la producción y difusión, un aumento de las posibilidades de narrar lo político?

A: Sin duda. La prevención está en los límites impuestos por los grupos que manejan el flujo de información por internet. Con prácticas de censura, cláusulas de restricción o incluso arancelamientos prohibitivos. Hasta ahora vivimos un periodo de bastante “libertad” en ese sentido.

E: Sí.

¿En qué se diferencian los materiales audiovisuales realizados exclusivamente para la televisión y el documental político?

A: La producción televisiva es mayoritariamente basura y está asociada a vender mercancías llenando el espacio entre publicidades con cualquier cosa. La producción de cine militante aspira a romper con la lógica mercantil. Nosotros específicamente esperamos contribuir a terminar con el sistema de explotación que nos toca vivir como período histórico.

E: La organización de los recursos es lo que diferencia a las películas entre sí. Más allá de las obvias diferencias, no nos es posible establecer un límite absoluto entre la TV y los documentales políticos ya que ninguno de los dos representa algo homogéneo.
En todo caso, la organización de los recursos, producto de la intención política del emisor, es lo que otorga la diferencia entre los materiales.

¿Cuál es el elemento que distingue al documental de una película de ficción sobre el mismo tema?

A: El documental da la posibilidad del registro histórico de primera mano, de expresividad de los protagonistas, del uso de los más variados recursos narrativos. De todas formas hay una tendencia a que los límites entre ficción y documental sean cada vez más difusos, enriqueciendo las producciones.

E: Creemos que la diferencia fundamental entre los materiales radica en la organización de los recursos estéticos-narrativos.
Por ejemplo, la película “Los traidores” de Raymundo Gleyzer fue concebida como un documental sobre el sindicalismo peronista. Al resultar imposible realizar una obra de estas características en 1973, Gleyzer se adecuó en pos de enunciar lo que quería. Reorganizó los recursos estéticos en función de una misma temática. “Los traidores” terminó siendo una “ficción”.

¿Con qué problemas se encuentran a la hora de realizar un documental?

A: Hoy el límite mayor para nosotros está en el grado de compromiso político de los protagonistas de los documentales con respecto a la necesidad de dar a conocer al resto del pueblo sus demandas y propuestas. Si este compromiso existe los recursos y demás condiciones necesarias para producir pueden lograrse. Si ese compromiso no existe es casi imposible desde la realización lograr potencia en los relatos.

E: Quizás uno de nuestros mayores desafíos se manifieste sobre “¿cómo quebrar la lógica preestablecida entre documentalista y el documentado?”. Nuestra búsqueda apunta a la desestructuración de la lógica sujeto-objeto. Por eso, nuestro mayor esfuerzo se encuentra en desdibujar la frontera materializada en la cámara. Intentamos reflexionar dentro y entre el contexto del cual estamos recortando y registrando un trozo. Queremos alejarnos de esa actitud paternalista en la que los realizadores parecen dueños de ciertas verdades (discutibles, por cierto) de las que los individuos documentados carecen.
En el corto “Movimiento enérgico de la voluntad hacia el conocimiento, posesión o disfrute de una persona o cosa:”, realizado en el hotel “El Gondolín” tomado y autogestionado por travestis, la mayor dificultad fue generar relación participativa entre las chicas, la idea propuesta y nosotros.

¿A qué tipo de público están dirigidas sus producciones? ¿Qué espera usted lograr con sus trabajos?

A: Tenemos identificados tres circuitos de difusión. El primero es la gente organizada que usa nuestras producciones con una finalidad práctica concreta (formación, debates, ilustración o evaluación de acciones, pruebas contra la represión de estado, campañas públicas, etc.) que tienen ligadas acciones prácticas. El segundo circuito es de grupos interesados en procesos de organización y luchas sociales (colegios, grupos de estudiantes en universidades, centros barriales, etc.). El tercer circuito es de muestras y festivales para el público en general. Nosotros cuando realizamos pensamos básicamente en los compañeros y compañeras organizados. Y en términos de difusión también nos importa mucho aquellas personas que están sensibilizadas con las historias que contamos porque son potenciales participes en los procesos de cambio social. Hace rato que dejamos de poner energía en el tercer circuito.

E: Reflexionar.

martes, 11 de diciembre de 2007

Violentar el pensamiento

A propósito de Impreso en Chilavert_ experiencia filmada


Hay algo en común entre los documentales sobre empresas recuperadas y los más exitosos productos de la televisión abierta: no molestan a nadie, ni a los protagonistas ni a los espectadores.

Es sabido que los grandes medios construyen el sentido de los acontecimientos fragmentando la historia, tomando los efectos por las causas y equiparándolo todo en la multiprocesadora lógica del zapping: hay aquí la construcción de un presente constante, ápice vertiginoso de causalidad inmediata, sin memoria y sin ventanas, que alimenta el miedo y la ansiedad de consumo, en fin... un instantáneo y frágil caos de amenazas cotidianas, con música de intriga y suspenso (o, su complemento, el calidoscopio de sangre, sexo y afasia para el entretenimiento). Por su parte, los documentales sobre empresas recuperadas suelen caer en el otro extremo: construyen una historia sin fisuras, con un sujeto cada vez más conciente de su lucha, héroe colectivo que se abre paso entre las desventuras del capitalismo, que cae una y otra vez merced a los embates del enemigo, pero que se recompone también una y otra vez como si obedeciera a las exhortaciones de algún soneto medicinal de Almafuerte. Otra cosa ocurre con Impreso en Chilavert.

Chilavert Artes Gráficas (Chilavert) es una de las casi doscientas empresas recuperadas por sus trabajadores durante el excepcional año 2002. También es una de las empresas recuperadas predilectas a la hora de hacer un documental: cientos de sociólogos, antropólogos, documentalistas, estudiantes universitarios, periodistas, gringos de las más distantes latitudes... han pasado por Chilavert para tomar registro escrito, sonoro y audiovisual de la experiencia de sus trabajadores. Pero los documentales sobre esta y otras empresas recuperadas se caracterizan por la construcción de un relato homérico, a veces con aspiraciones de epopeya hollywoodense, que desarrolla en la pantalla «la unidad» de la experiencia de «un movimiento» de trabajadores. Algo que siempre está más cerca de la expresión de deseos temerosa de mancillar con disensos la lucha obrera, que de la reflexión crítica inmersa en y acerca de un proceso social emancipatorio.

La obra que aquí reseñamos es indómita a la etiqueta de «documental»: si bien la iniciativa corrió por cuenta de un colectivo de cineastas y sociólogos, el proceso de filmación, entrevistas y debates, estuvo en manos del «colectivo ampliado» que incluyó a los trabajadores de Chilavert. Este colectivo ampliado se constituyó en la experiencia de filmación misma, lo cual generó inesperadas alteraciones (a menudo ásperas) durante el proceso de trabajo. Uno de los protagonistas de Impreso en Chilavert, por citar un ejemplo, es capturado dos veces en la película diciendo que el proyecto no consiste en hacer «un documental sobre Chilavert sino un documental de Chilavert», sin embargo el resultado no fue ni una cosa ni la otra: Impreso en Chilavert se autodefine como «Experiencia filmada». Y es que Impreso en Chilavert actualiza el esfuerzo por mostrar en la pantalla no sólo la empresa recuperada y sus trabajadores, sino también el desarrollo mismo del acto de creación de Impreso en Chilavert, trasladando la importancia del fin hacia la importancia de los medios, corriendo el foco de los objetos y sujetos hacia su proceso de constitución, desplazando estratégica-mente el qué tras el cómo (o más precisamente, identificando el qué con el cómo): el trabajo con dos cámaras, que pone en cuestión la objetividad de la mirada; la filmación de las reuniones del «colectivo impulsor» de cineastas y sociólogos, que exhibe sucesivas marchas y contramarchas del proyecto original; la participación de los trabajadores entrevistándose entre sí, cámara en mano, que permite preguntas germinadas de sus propios saberes; el ensayo permanente de habitar afectiva y efectivamente los problemas, de explorar las dificultades, de transitar las contradicciones, actitud que provoca una tensión y una incomodidad crecientes, tanto para los protagonistas como para los espectadores.

Impreso en Chilavert es una película problemática: no explica «qué hacer», sino que complica la percepción al dejar «impreso», mediante la exhibición del cómo hacer, que las mentes y los cuerpos no son un solo bloque sin porosidades, sino una madeja de contradicciones que no se equilibran por «efecto dominó»: los dos protagonistas que aseguran que el compromiso con el trabajo en la imprenta es el mismo que el que tenían cuando trabajaban bajo patrón, pueden afirmar, inmediatamente y sin notar incompatibilidad, que ahora las decisiones las toman ellos y no el patrón, y que si ahora se quedan hasta tarde trabajando es por respeto al cliente y no por el dinero; la misma integrante del colectivo impulsor que se esfuerza por mostrar las dificultades del proceso de filmación, pone una innegable cara de incomodidad cuando su compañero declara frente a cámara que tras una violenta discusión al interior del grupo, el colectivo impulsor sufrió una ruptura en la que uno de los cineastas abandonó irritado la experiencia; el mismo trabajador de la imprenta que defiende la desigualdad de salario según la antigüedad es el que más esfuerzo realiza para integrarse al proceso de filmación y practicar la horizontalidad en la toma de decisiones... Decenas de ejemplos como éstos, fundidos entre las intempestivas reflexiones verbales y el incesante pensamiento por imágenes (hay una línea discontinua a lo largo de Impreso... hecha del primerísimo primer plano que presenta manos haciendo –y comunicando– de todo: cebar mate, filmar, gestualizar en el aire, sostener tazas o cigarrillos, cortar, pegar, apretarse entre sí...) sugieren un problema novedoso, traman un descubrimiento conceptual, nos traen un pensamiento: la subjetividad no es una unidad homogénea, un individuo está hecho de múltiples líneas contradictorias sin un centro desde el cual guiarlas a todas por «buen camino» (buen camino político que obtiene su correlato filosófico en el «buen método» cartesiano, hijo de «la cosa mejor repartida del mundo»: el buen sentido). Este pensamiento que nos trae Impreso en Chilavert permite entender la emancipación social de otra manera, ya no como la progresiva odisea de la conciencia de un movimiento centralizado que pasa de la prehistoria a la historia de un salto mortal cualitativo, sino como un proceso complejísimo, múltiple, arduo, anónimo, incierto, incómodo y problemático del que no hay garantía alguna de progreso irreversible (y ni siquiera de progreso); ya no como la esperanzadora gesta del futuro, sino como el compromiso práctico del presente; ya no como delegación en el partido de masas que tomará –mañana– el poder del estado, sino como la toma en propias manos –hoy– de los medios de producción, ya sean estos medios una imprenta, una cámara, una computadora o una investigación universitaria.

Esta «experiencia filmada» no tranquiliza a nadie, no es catártica ni terapéutica. No deja mensaje, no baja línea: Impreso en Chilavert es un dispositivo problemático, una corrosiva y multitudinaria sucesión de signos, de cuya experiencia los espectadores –en especial los militantes y activistas– difícilmente salimos ilesos.

Revista Dialéktica, Buenos Aires, año XVI, número 19, pp. 167-9.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Taller y Feria de la Huerta en la Jornada de este sábado 8 de septiembre en el CC La Sala_ Proyeccion de Impreso en Chilavert

La Sala- Avellaneda 645, Caballito- Tel:4901-2385

Lxs invitamos a compartir esta jornada, en la que participamos con nuestra feria de publicaciones, plantines y demás.

+ dando un taller de siembra de semillas en almácigos (recipientes pequeños que protegemos hasta que las plantas se fortalezcan un poco o hasta que el clima sea más benigno) y disfrutando de las demás actividades.
Nos encontramos a compartir una jornada donde practicaremos y platicaremos sobre las distintas formas que tenemos de materializar nuestras vidas: habrá feria de

producciones autogestivas, feria de cosas usadas y espacio para dar objetos (regalar) y liberar sujetos: podes participar de todas ellas. Nos contaremos y veremos sobre las distintas experiencias de produccion, comercializacion y consumo en las andamos y vivimos. La música y el baile atravesará este encuentro-mezcla- pogo al que nos invitamos.

X una Economía del Encuentro

Ferias permanentes (a partir de las 13hs)
Producciones autogestivas (trae lo que quieras)

Proyecciones (a partir de las 15 horas)
15 hs – La isla de las flores.
15.20 hs – Surplus, Consume hasta morir . críticas al consumismo
16 hs – Impreso en Chilavert , una mirada acerca de la recuperación de la imprenta
17 hs – avance del documental sobre el modelo Sojero agro exportador (Chaya), acerca de la invasión de la soja
17.40 hs – Primera Marcha Ambiental (Chaya)/ La vaca verde/La lucha por la tierra (Mirada Horizontal)
Estampa y Ataka (Taller de Serigrafía de la Sala)
Documental sobre Zanón realizado por René Escalante.
Talleres, Musiquita y Baile (a partir de las 18 horas)
Taller de Yoga a las 15hs
Taller de Folclore Boliviano
Taller de Tango
Taller de reproducción de plantas de semilla en almácigos
Taller de encuadernación
De reojo (musica latinoamericana)
Los Sábalos (son tradicional cubano)
Bruno Arias (folclore)
Muestra fotográfica - Fotolatina
Espacio de Chicos
Traéte algo para la Comida Autogestiva

Nuevas proyecciones de Impreso en Chilavert


¡En Cordoba!

Viernes 7/9

19.30: Apertura
20.15: Oda al trabajo (ficción). De: Valeria Negretti. Duración: 7 minutos. Córdoba, Argentina.
20.25: La vaca echada (ficción semidocumental). De: Valeria Negretti. Duración: 5 minutos. Córdoba, Argentina.
21: Bosques (ficción). De: José Campusano y Gianfranco Quattrini. Duración: 40 minutos. Buenos Aires, Argentina.
22: Dumbo 4 (ficción). De: Rocío Fernandes. Duración: 68 minutos. Buenos Aires, Argentina.
23.30: Impreso en Chilavert (documental experimental). De: Grupo Embate. Duración: 77 minutos. Buenos aires, Argentina.

Sábado 8/9
20: Inocente y vano (ficción). De: Lorena Gall. Duración: 30 minutos. Buenos Aires, Argentina.
20.45: Hola (ficción). De: Ana Ynsaurralde. Duración: 61 minutos. Córdoba, Argentina.
22: Lo pedís, lo tenés (ficción). De: Alfredo García Reinoso y Pablo Klappenbach. Duración: 40 minutos. Buenos Aires, Argentina.
23: Una manga de negros (ficción). De: Rosendo Ruiz. Duración: 47 minutos. Córdoba, Argentina.
01: Puto (ficción). De: Pablo Oliverio. Duración: 65 minutos, Buenos Aires, Argentina.

Domingo 9/9
17: Charla sobre "Cine Under", con directores y equipo de "1000 metros bajo tierra". Coordina Enrique González.
19: De reojo las vacas pastan en la pradera (ficción). De: Alfredo García Reinoso y Pablo Klappenbach. Duración: 18 minutos, Buenos Aires, Argentina.
19.20: El Infierno son los otros (ficción). De: Pablo Klappenbach. Duración: 30 segundos.
20: Otra noche (ficción). De: Pablo Deltín y Claudio Rosa. Duración: 55 minutos. Córdoba, Argentina.
21.15: Santo Corcubión (documental). De: Pablo Avendaño. Duración: 72 minutos. Buenos Aires, Argentina.
23: Artista, autista (documental). De: Sebastián Schaller y Carlos Villalón. Duración: 60 minutos. Córdoba, Argentina.

viernes, 15 de junio de 2007

Todo milagroso como la luz de la mañana nunca vista







Reeducación para el desorden y la desobediencia


"(...) Naturalmente, ella combate contra esa determinación: el pudor y la vergüenza- que su clase social vive en ella- están a punto de readquirir el dominio; entonces debe luchar contra ese pudor y esa vergüenza. Y una vez más, para vencer los obstáculos de su educación y su mundo, debe actuar antes de comprender.

(...) De repente aprieta con el puño el vestido y lo arroja más allá del parapeto, hacia el estanque, hacia el bosquecillo. Y lo mira allí, en el fondo, entre hierbas y zarzas, irrecuperable: su presencia en ese sitio es hondamente significativa, su pérdida y su inercia tienen la violencia expresiva de los objetos en los sueños.
Ahora ella está desnuda: se ha obligado a estarlo.

(...) El placer de haberse hecho violar por esa mirada, de haberse perdido y degradado voluntariamente, coincide con una vergüenza que puede ser casual y legítima: la de haber sido sorprendida mientras tomaba su baño de sol en la terraza. Representa ese papel esmerada y seria como una niña: pero lo representa mal, conscientemente. En verdad, ha comprendido que si demuestra una vergüenza excesiva, verdadera, de inocente tomada de sorpresa, el Huésped podría apartar de ella su mirada, divinamente degradante, y hasta marcharse pidiendo disculpas. A la vergüenza real que siente- y que la sofoca- y a la falsa que representa, debe añadir, pues, como puede, una coquetería que pronto adquiere la lacrimosa torpeza y el turbio impudor de una invitación: una sonrisa ridículamente infernal en los ojos extraviados, que pronto olvidan toda ficción y se fijan desesperados en el joven."

TEOREMA P.P.P.

lunes, 21 de mayo de 2007

Copyleft, o una nueva conciencia para el ecosistema cultural



http://www.infonomia.com/tematiques/index.asp?idm=1&idrev=54&num=7

Por interactors (unstable@interactors.coop)
24/05/2004

La propiedad intelectual es uno de los asuntos más acuciantes del entorno digital. Hay numerosos interrogantes planteados que deberán resolverse en los próximos años. El movimiento abanderado del copyleft plantea una forma radicalmente alternativa de entender la propiedad intelectual en nuestra época.

“Copyleft, todos los derechos al revés”, puede parecer un juego de palabras pero se trata de mucho más, todo un ideario cultural que propone una alternativa a la forma actual de organizar la propiedad intelectual de nuestra época, y por extensión, de la cultura. Un movimiento, si así podemos llamarlo, que representa para el ecosistema cultural de nuestras sociedades lo que el ecologismo supuso para el desarrollo de una conciencia medioambiental durante los años sesenta y setenta.
Así, en abstracto, puede que a uno no le preocupe demasiado el asunto, a fin de cuentas la propiedad intelectual es un tema abstruso que hasta hace menos de una década sólo preocupaba a especialistas del derecho. Ahora, sin embargo, se nos plantea a cada momento en el ámbito de nuestras actividades cotidianas, seamos o no conscientes de ello.
Hasta hace pocos años las leyes de derechos de autor regulaban básicamente el ámbito empresarial de producción y uso de la cultura. En román paladino, regulaban principalmente el uso de las obras en el ámbito empresarial. Hoy sin embargo, el ámbito de aplicación de estas leyes se cuela dentro de nuestros hogares y alcanza nuestras prácticas cotidianas. Si descendemos de lo divino a lo humano, reconoceremos que la propiedad intelectual tiene que ver con que podamos hacer legalmente una copia de un disco para alguien cercano a nosotros o que no violemos ninguna ley o contrato cuando una canción que hemos comprado en Internet la pasemos desde nuestros PC al portátil, tiene que ver con que podamos imprimir un libro electrónico adquirido en la Red o que podamos prestárselo a alguien...
Desde su nacimiento hace dos siglos, la leyes de propiedad intelectual ha mostrado una tendencia hacia una progresiva extensión (más derechos, que cubren más ámbitos durante más tiempo). Una tendencia acentuada en las últimas tres décadas. Uno de los principios básicos de la leyes de propiedad intelectual es tratar de alcanzar un equilibrio entre los derechos de los autores y la sociedad, compensando a los primeros por el esfuerzo invertido en su creación y tratando de facilitar el mayor acceso posible de la sociedad a la cultura.
Un equilibrio difícil de mantener y que para muchos se ha inclinado hacia el lado de los productores culturales en la época actual. La situación actual ilustrada por la bacanal de la distribución ilegal de contenidos en Internet puede muy bien ser un espejismo frente a lo que está por venir en un futuro a medio plazo. Una industria que ha fortalecido, gracias a las leyes y la tecnología, su capacidad para controlar cómo se accede y se usan las obras culturales.
Esta situación ha producido el surgimiento de un movimiento de reacción que trata de recuperar para la sociedad sus derechos para acceder, usar y participar en la cultura.
Lo que podríamos llamar el ideario del copyleft constituye una amalgama de posturas que promueven una forma radicalmente diferente de entender la propiedad intelectual, lo que pasa necesariamente por lograr la flexibilización de estas leyes. Las posturas corren desde las más extremistas que defienden la supresión de todo tipo de propiedad intelectual, hasta posiciones más moderadas que reconocen derechos morales básicos de los autores (como el derecho a mantener la atribución de su obra y la integridad, o a controlar los usos económicos que se haga de ella, por ejemplo).
Resulta difícil resumir la esencia de un movimiento tan diverso, pero sí conviene desterrar la idea errónea que identifica el ideario del copyleft con el lema del “todo gratis”. Uno de sus elementos básicos y no declarados del copyleft es su concepción del individuo como un usuario activo de la cultura, y no como un simple consumidor pasivo de ésta. Ser un usuario activo implica tener la capacidad para usar las creaciones culturales de forma amplia. Frente al planteamiento de la industria de producción cultural que sólo considera los intereses del autor, y por extensión los propios, en su defensa de la propiedad intelectual, el ideario del copyleft pretende restituir a los usuarios a la posición central de nuestra cultura.
El copyleft hace suyo el ideario de la comunidad de Software Libre y lo extiende a otros ámbitos del mundo de la cultura. Fue Richard S. Stallman, fundador del movimiento del software libre, quien acuñó a mediados de los ochenta el concepto de copyleft, plasmado en la licencia GPL (General Public License), baluarte legal del movimiento.
La GPL dice que el software que tenga esa licencia puede ser copiado, modificado y distribuido –e incluso ser vendido- libremente. Una idea que ha inspirado toda una serie de licencias que recogen, total o parcialmente, este ideal que consagra la distribución, así como el libre acceso y uso de la información como máxima.
Especialmente significativo es el proyecto Creative Commons, organización sin ánimo de lucro fundada hace tres años por Lawrece Lessig, profesor de derecho de la Universidad de Stanford y batallador incansable contra la extensión de las leyes de propiedad intelectual en EE UU. El proyecto ha creado una serie de licencias a medida que el autor que desee usarlas configura en torno a cuatro opciones, según si se impone como condición: (i) mantener la atribución del autor, (ii) no hacer uso comercial de la obra, (iii) no modificar la obra y (iv) que la obra derivada tenga el mismo tipo de licencia que la original.
Pueden encontrarse ejemplos de todo tipo de instituciones e iniciativas, con ánimo de lucro o sin él, en los que han comenzado a usar este tipo de licencias. Desde el proyecto del MIT OpenCourseWare, con el que esta universidad estadounidense pretende publicar con licencias estilo copyleft los materiales de centenares de cursos allí impartidos, hasta el sello en Internet Magnatune, en el que los músicos venden sus obras usando licencias de Creative Commos. Los autores de bitácoras son otro de los grupos que se han adherido al movimiento y son muchos los que han comenzado a usar este tipo de licencias.
No está claro hasta dónde puede llegar este ideario y si los proyectos e iniciativas que se desarrollan actualmente llegarán a enraizar con fuerza en la sociedad, pero la semilla está plantada, y este movimiento desorganizado ha comenzado a despertar conciencias y a llamar la atención, como en su época lo hicieron los verdes, por la necesidad de preocuparnos por que nuestro ecosistema cultural no esté sometido únicamente a dictados económicos.

Licencias para todos los gustos

Hay licencias copyleft para todos los gustos, una más permisivas que otras, pero todas ellas permiten que las creaciones se copien y se distribuyan libremente y obligan normalmente a mantener la atribución al autor. Después varían según su ámbito de aplicación más adecuado y en función de si permiten que las obras puedan ser modificadas y utilizadas con fines lucrativos.
- General Public Licence (GPL), Copyleft, la madre de todas las licencias libres. Libre
no significa gratuito, dice Richard Stallman, fundador del movimiento del free software, cuando explica que free software (free significa ‘libre’ y ‘gratis’en inglés) se refiere a la libertad para utilizar el software, modificarlo y distribuirlo a voluntad. La GPL, creada en 1988, es un pilar central del movimiento del software libre, y la inspiración para toda una corriente que promueve el compartimiento, la libre distribución y uso, aunque no necesariamente gratuidad, de la información. En opinión de muchos la licencia GPL es un prodigio de ingeniería legal. De la misma familia es la GNU Free Documentation Licence (GFDL), utilizada en los manuales del software libre, o una reciente licencia destinada a diseños y realizada por dos españoles, Leovigildo García-Bobadilla y Vicente J. Ruiz, la Libre Designs General Public License (LDGPL). Hay donde elegir en la familia GPL.
- Licencias Creative Commons, a gusto del autor. Creative Commons se está convirtiendo en el estandarte mundial del movimiento por la distribución abierta de contenidos. Pueden encontrarse sitios con creaciones de todo tipo (música, fotos, novelas, etc.) que usan las licencias de Creative Commons. Sus condiciones básicas establecen que los contenidos se pueden copiar y distribuir libremente en todo el mundo. Después el autor elige entre varias opciones: si debe mantenerse la atribución de la obra, si puede ser modificada y se pueden hacer usos comerciales de ella y si hay que compartir con las mismas condiciones. El sistema proporciona tres documentos diferentes: uno de sencilla comprensión para legos en derecho, otro con validez legal y un tercero legible por máquinas, creado, por ejemplo, para que los buscadores reconozcan que una página utiliza este tipo de licencia.
- Licencia 20 Minutos (L20m), con sabor autóctono. Su autor, Pepe Cervera, periodista, la define como “una licencia para uso de profesionales”, y según sus términos está hecha para sitios web. Uno puede colgar las noticias del diario 20 Minutos en su web y no tiene que pedir autorización. Basta con que mantenga la atribución de las noticias. Si quiere modificar los artículos basta con dejar claro quién es el nuevo autor. La licencia tiene la ventaja de estar en español y de haber sido revisada por un bufete y es una adaptación de la Design Science Licence (DSL).
- Open Audio Licence, música para todos. Si la música utilizara esta licencia no habría piratería. El grupo que la utilice permite que se haga cualquier uso de sus canciones: distribuirlas, copiarlas, modificarlas, etc., sólo exige que se mantenga la autoría. “Creada como un mecanismo de libertad para los artistas que quieren que sus nuevos trabajos lleguen a otros artistas y a nuevos fans”. La organización más batalladora por los derechos civiles en el entorno digital y que promueve con una campaña la distribución en las redes P2P, la Electronic Frontier Foundation, creó en 2001 esta licencia específica para música. Otras licencias para la música es la Free Music Public Licence.

Adolfo Estalella

lunes, 14 de mayo de 2007

Flexiones: a propósito de Impreso en Chilavert

por Pablo Klappenbach

Un grupo es un ejercicio gimnástico donde se pone a prueba la elasticidad de los integrantes. El grupo existe porque hay intereses comunes: es, él mismo, el producto de una negociación y un número de concesiones que -de un modo u otro, tarde o temprano- resultan injustas para alguna de las partes. El trabajo, en este sentido, ocurre gracias a un acuerdo que suele resultar forzoso. La colectivización es una práctica que se orienta hacia la escenificación de lo desigual básico; es decir, parte de la base de una existencia común que incomoda (como en este film se parte del reloj que ha contado las horas de la explotación, finalmente nombrada a pesar de los titubeos del trabajador) para transformarla radicalmente. Es un paso inicial en el cual el acuerdo surge desde la generosidad individual pero que luego exige el retorno al teatro político, en donde lo mezquino sí juega un rol importante. Y en ese segundo instante posterior a la decisión unívoca es donde se produce la mayor cantidad de interrogantes alrededor a cómo multiplicar aquél segundo atávico, donde el sentido es común ya que es la respuesta de una primera persona plural a la violencia gestada por el antiguo orden. Hablamos aquí del viejo tópico del manejo de la organización en torno al poder una vez que se cree poseer la propia voluntad en forma completa. Hablamos de las asambleas, las fábricas recuperadas, pero también de la política partidaria y los grupos marginales de producción cultural. Hablamos de lo que significa la producción cinematográfica como el mejor experimento realizado sobre las jerarquías y los funcionamientos sociales en el capitalismo. Si el cine es metonímico eso se debe ante todo a que contiene una parte esencial del banco de imágenes sobre el trabajo que produjo este sistema de relacionar a los sujetos. La realización cinematográfica es el mejor modelo a escala obtenido hasta el momento de lo que debería ser el capitalismo: división extrema del trabajo, especialización, hipertecnificación y pagas ejemplares.

La cuestión, parece ser, es ver qué ocurre en cuanto nos vemos empujados al terreno de la política, cuando impera posicionarse y no es posible ninguna equidistancia de noticiero. Por más minúsculo que sea el grupo acaba por existir acumulación de poder, pugnas, desgastes. Algo nos dice que se nos empuja al desbande mientras vemos cómo el lodo llega hasta las rodillas, manchas que disrrumpen sobre el blanco impoluto de un acuerdo primigenio y –creíamos hasta aquí- fundacional. Es que el ejercicio colectivo supone confrontación, desacuerdo del sentido y la tensión de estar siempre a punto de desaparecer; supone la alianza y el desarreglo, la intromisión de lo personal –porque no es sino allí donde emergen subjetividades y se ejerce una individualidad lanzada a lo público-; supone el reconocimiento de que no hay tal fundación sino un presente siempre determinado por lo urgente, tal vez el talón de Aquiles de los grupos que se quieren horizontales: siempre se está desorganizado y, en consecuencia, la energía se fuga. Y acá surge el problema no sólo de que el acuerdo se malogre definitivamente sino también el miedo a que este sea el naufragio final, la caída de toda esperanza. Lo apocalíptico en estos casos está en todo momento al llegar y tal es su poder amenazante.


Impreso en Chilavert aborda estas cuestiones a partir de un presupuesto básico (que parece naïve pero que resuena sobre toda la película): subvertir la relación sujeto –objeto que definiría la práctica convencional del documentalismo o, más allá, del cine en general. Sí, vuelve otra vez al cine que habla del cine, pero con la intención de hacer visibles los modos de producción cinematográficos. Es fructífero este nuevo recorrido a través de la figura desgastada del metarrelato porque se nombran las posiciones en el trabajo y sus respectivas reparticiones de poder durante la producción, al punto de mostrar involuntariamente una desigualdad técnica –y por lo tanto político –económica– en la manipulación de una inactual cámara de formato hi8 y la más moderna y “cercana” a lo industrial, con sistema de grabación miniDV (estándar de la videomercancía apta para ser publicitada), que divide también la producción de material, clasificándola según sus cualidades técnicas. El intento del equipo por pasar por encima de aquella separación dicotómica sujeto-objeto es acusado en un primer momento por inexacto, incierto, sin objetivos. Se señala la deriva como algo negativo pues no asume el reparto previo, hace de cuenta que no escucha para percibir lo todavía no nombrado. Y en esto la película comete la cirugía que buscaba, consigue entrometerse entre los resquicios –más ajenos que propios, en lo que se evidencia, quizás, el obstáculo epistemológico al borramiento de las oposiciones– que supone la presentación colectiva; si se quiere, hay otro presupuesto oculto que es el creer en la necesidad de lo dispar para alcanzar un relato verosímil, pero lo cierto es que a partir de esa insistencia se recogen relatos que sólo circulan al interior de la cooperativa y que desde fuera son imperceptibles. O sea, mientras la caída de la oposición sujeto/objeto es dudosa, hace posible acusar a la película de ser un manifiesto de buenas intenciones progres, al menos puede observarse cierta transformación sobre los sujetos retratados. El equipo de Impreso en Chilavert, sea el que dicen los títulos u otro, imprime su marca sobre el objeto retratado. Lo hace porque desarrolla las particularidades y se mete entre las fisuras de un nombre, Cooperativa Chilavert.


La película, entonces, fuerza sus posibilidades al trabajar sobre una incompatibilidad: la estructura cinematográfica con sus jerarquías estrictas y la pretensión de construir un film de manera horizontal que retrate una organización horizontal. Pero en ese gesto obsceno no pierde inteligencia ya que entiende que, puesto que es una película sobre el trabajo, debe mostrarse a sí misma en su entramado de relaciones laborales, vínculos con la técnica y conflictos relacionados con el poder y la posesión del discurso. Quién maneja la cámara, quién asiste, quién microfonea: quién habla. Allí está el nudo dramático de la película, la concentración semántica alrededor de la cual giran todas las escenas (el montaje paralelo inicial que muestra a un trabajador ingresando, pero también la grabación de dicho plano, es reveladora de todo lo que prosigue).


Dice Arlt y dice Cafiero que la traición es la base de toda política, todo ser individuo social. Una verdad tan áspera como el asfalto; sin embargo, tanto en el relato arltiano como en la cambiante carrera del otro lo que ante todo se confirma es la necesidad de una asociación entre hombres. Y es también en el cuento de ambos que se vuelve una obligación compulsiva derrumbar la posible felicidad del todo. Escindidos entre ambas pulsiones, nuestras mentes culposas parecieran lograr reprimir el goce de la destrucción, mas luego termina apareciendo el recelo y la presunción de lo injusto. Es una pregunta básica que formuló alguien: ¿qué hacer cuando aparece lo injusto? La imposición de la propia ley como regulación preexistente es tachada de arbitraria y totalitarista, con razón. Llegamos por enésima vez al mismo –y por eso cínico– callejón sin salida, una especie de rencor por no tener a Dios, la paupérrima certeza de saber que cualquier gesto positivo fortalece lo que querríamos destruir. En definitiva, guarda cierta analogía con la crítica a los partidos de izquierda, a los que se les achaca su falta de plasticidad, siendo que en verdad no hay tanto margen de maniobra antes de ser Silvio Astier.


Con el Circuito de Cine Underground queremos oponer otro modelo a escala, otra ficcionalización –igual de ridícula que la otra; ésta por la casi ausencia de dinero, hija pródiga de ese espíritu pequeñoburgués de invertir en capital simbólico– cuyo imaginario aún desconocido encuentre otra forma del trabajo, otra forma de la política. Sólo que se muestran en la praxis los huecos teóricos o las imposibilidades de un pensamiento apegado a las contingencias: cómo incluir las pasiones en la reflexión, cómo anticiparse a la aparición de esas perversiones que se comprueban una y otra vez en el otorgamiento de un poder, vale decir, en la interacción. Por más ridículo que sea un grupo, por más insignificante e imperfecto que sea su funcionamiento, la asociación misma es la que determina, en su interior, la ocurrencia de una tensión por direccionar las voluntades, por definir el cauce en el cual ese cúmulo de energía (que no es aditivo sino exponencial: agruparse no es sumar sino potenciar una fuerza) se desarrolle. De dicha tensión debemos escuchar la imposición ineludible de un análisis -disgresivo, por qué no- sobre los modos en que el poder se acumula y distribuye, sobre cómo se hace posible accionar y cuánta pulsión tanática se gesta. Ya no es posible pensar en alcanzar un poder ajeno, visible en la cumbre, para luego ver de qué manera se opera. La urgencia del presente, que tan bien se percibía durante el 2001 e inmediatamente después, se ha acrecentado todavía más, pues existimos en un contexto que pareciera definirse por una normalidad que ha olvidado su precariedad. Acceder a una instancia reflexiva sobre la confección del poder –en su física micro y macroscópica– implicaría partir de la premisa de lo diferente (como dice Godard en Notre musique, un hombre y una mujer no son iguales, no se los puede encuadrar simétricamente), el reconocimiento de los diversos timbres de cada voz, pero sin dejarnos engatusar por campañas de bribones que ostentan el dominio de la regulación de lo público y nos dicen qué diferencias son las aceptables, quiénes resultan ser las particularidades protegidas.


El sujeto político se define por el gesto concesivo, o sea, por otorgarle a otro un poder a la vez que, gracias a ese otorgamiento, ese gesto “dadivoso”, se establece una deuda en su favor. Es allí que es posible hablar de un contrato y no antes. Sin embargo, no hay que entender esta concepción como consecuencia de una reflexión moralista, sino incluir en el campo de la visión, en el terreno de lo políticamente pensable, tanto los actos propios de la razón como aquellos de las pasiones (con su variante de “lo bueno” y “lo malo”) puesto que, como sabemos –y olvidamos, casi a propósito-, no operan como esferas autónomas sino que más bien son tramas superpuestas de una misma narración. Sólo así podremos dar cuenta de la complejidad del sujeto político y las trabazones que lo rodean, lo que permitiría poner a la teoría a la altura de las circunstancias e ir más allá de su actitud descriptiva para pensar lo impensable.

miércoles, 9 de mayo de 2007

IX Festival Internacional de Cine y Video de Derechos Humanos


Lunes 14 de mayo, 16 hs

Centro Cultural de la Cooperación
Av. Corrientes 1543

Nueva proyección de Impreso en Chilavert


Este documental expone y analiza los conflictos humanos que recorren a la imprenta recuperada Chilavert a la hora de pensar una verdadera transformación social. Cuestiona justamente la palabra "recuperar".
Impreso en Chilavert_ experiencia filmada_ es la construcción de preguntas, a través del recorrido del ojo que cada un@ pudo hacer.

Les informamos que pueden visitar una de nuestras producciones “Movimiento enérgico de la voluntad hacia el conocimiento, posesión o disfrute de una persona o cosa” en:

lunes, 23 de abril de 2007

Viernes 20 19:30hs y Jueves 26 17:30 hs




Proyección de Impreso en Chilavert_ experiencia filmada_
en el marco de la Muestra de Cine Documental Argentino
"Una idea en la cabeza, una cámara en la mano"
organizada por Doca, Documentalistas Argentinos.
(¡Hubo 80 atentas miradas!)




Toda la información en www.docacine.com.ar o seguí leyendo la info del blog.

Una idea en la cabeza, una cámara en la mano.

Muestra de cine documental argentino

del 19 de abril al 2 de mayo
Cine Tita Merello, Suipacha 442

DOCA
Documentalistas Argentinos

Somos más de cien documentalistas los que conformamos DOCA, Documentalistas Argentinos. A partir del 19 de abril, organizaremos en el Cine Tita Merello nuestra primera muestra de cine documental, retomando la frase del creador del Cinema Novo Brasilero, Glauber Rocha: "Una idea en la cabeza, una cámara en la mano".


En esta primera muestra, DOCA apuesta a la diversidad de contenidos, lenguajes, metodologías de producción y distribución, porque consideramos que el cine puede ser una herramienta de lucha y transformación para los pueblos. Queremos debatir sobre el cine documental en la actualidad. Y queremos hacerlo con nuestras películas, porque nuestro trabajo debe terminar donde empezó: en la realidad.

Exhibiremos 24 largometrajes, 7 mediometrajes y 25 cortometrajes. En cada función, proyectaremos un cortometraje previo a cada largometraje. Pasaremos dos vueltas de cada película, en diferentes días y horarios.

La programación completa, la información de cada film y las charlas pueden ser consultadas en: www.docacine.com.ar

El valor de la entrada general es $4 (estudiantes y jubilados $2). Las charlas debate son con entrada gratuita.

Contactos:

Web: www.docacine.com.ar

E-mail: doca@docacine.com.ar

Teléfono: Laura Lagar (prensa): 15-5123-9697 / lauralagar@gmail.com


Charlas-debates:

Lunes 23 de abril, 19:30hs: charla-debate sobre "Estética y cine documental".

Panelistas:

Ernesto Ardito: realizador del prestigioso film “Raymundo”.

Ariel Direse: documentalista y docente (Enerc, IDAC y UBA, entre otras).

Guillermo De Carli: investigador y docente de la UBA.

Jueves 26 de abril, 19:30hs: charla-debate sobre "La producción y distribución de documentales". Presentación de la Red de Exhibición Independiente Raymundo Gleyzer.


Listado de largometrajes y mediometrajes:

Agua de fuego – Candela Galanti, Claudio Remedi y Sandra Godoy (74 min, 2001)

MAR 24/04 15:30hs- VIER 27/04 17:30hs

Este trabajo refleja la vida de la gente de Cutral–Có, provincia de Neuquén, después de las puebladas de 1996 y 1997.

Brukman, la trilogía, parte I "Control Obrero", parte II "La fábrica es nuestra", parte III "Obreras sin Patrón" - Grupo Boedo Films, Contraimagen, Kino, nuestra lucha (70 min, 2002)

JUEV 19/04 21:30hs- MAR 01/05 15:30hs

Durante los históricos días del 19 y 20 de diciembre 2001, un grupo de obreras textiles se unen y fortalecen en una única consigna: Brukman es de los trabajadores.

Comunidad de locos - Ana Cutuli (62 min, 2006)

DOM 22/04 15:30hs- DOM 29/04 21:30hs

El documental narra dos experiencias en comunidades terapéuticas surgidas a partir del Plan Nacional de Salud Mental y desarrolladas durante la dictadura militar de Onganía.

El día que bombardearon Buenos Aires - Marcelo Goyeneche (60 min, 2004)

LUN 23/04 17:30hs- SAB 28/04 19:30hs

Este trabajo indaga el bombardero sobre Plaza de Mayo acontecido en 1955 basándose en el testimonio de sus protagonistas y la opinión de historiadores, escritores e investigadores.

El toro por las astas – Susana Nieri (90min, 2006)

MAR 24/04 17:30hs- JUEV 26/04 15:30hs

Motivada por una inesperada noticia familiar, la realizadora de este film comienza un análisis sobre "los por qué" del embarazo no planificado y la procreación responsable.

En la boca del león – Grupo Cine Insurgente (62min, 2006)

SAB 21/04 17:30hs- LUN 30/04 21:30hs

Cinco cubanos son encarcelados por infiltrarse en las organizaciones terroristas anticubanas regenteadas por Washington. Sus familiares, su pueblo y su gobierno luchan por liberarlos, mientras los fascistas reivindican sus actos en la televisión abierta de Miami.

Fantasmas en la Patagonia - Claudio Remedi (84 min, 1996)

DOM 22/04 19:30hs- MAR 01/05 17:30hs

Tres historias de vida que ofrecen una lectura de la destrucción de Sierra Grande mediante el flagelo de la desocupación y sus inesperadas consecuencias sociales.

Gaviotas Blindadas, historias del PRT–ERP, primera parte (1961 -1973) Mascaró Cine Americano (90 min, 2006)

VIER 20/04 21:30hs- DOM 29/04 17:30hs

Este documental refleja la más grande experiencia de un partido revolucionario desarrollado en Argentina. El Partido Revolucionario de los Trabajadores luchó para arrebatarle el poder a la burguesía y cambiar las estructuras políticas, culturales, sociales, económicas y morales.

Habitación disponible – Eva Poncet, Marcelo Burd, Diego Gachassín (80 min, 2004)

LUN 23/04 15:30hs- JUEV 26/04 21:30hs

Este documental acompaña la vida de tres inmigrantes- Giuliana, una ingeniera peruana, Natasha, una cantante y psicóloga ucraniana, y Fabio, un músico paraguayo- en una Buenos Aires inmersa en la profunda crisis económica, política y social que se desató en Argentina a fines de 2001.

HGO – Victor Bailo y Daniel Stefanello (145 min, 1999)

MIER 25/04 21:30hs- JUEV 26/04 13:30hs

Adentrarse en HGO es recorrer el pasado que, aún hoy, vive en las personas, en los lugares y en los objetos con un objetivo: reconstruir la historia de vida del guionista de historietas, escritor y militante revolucionario: Héctor Germán Oesterheld.

I - Andrés Ingoglia, 84 min, 2006

VIER 27/04 19:30hs- DOM 29/04 13:30hs

Es una meditación en la relación entre los medios y el poder, manifestada a través de la red de activistas de los medios más grande del mundo: Indymedia. El largometraje sigue a un pequeño colectivo en Buenos Aires que durante su primer año de vida se enfrenta a asesinatos, una economía colapsada y un agitado remolino político.

Impreso en Chilavert- Isolda Bertellotti, Gustavo Esnaola Moro, Paula Formento, Luján Montes, Juan José Nardi, Natalia Tomadoni (77 min, 2006)

VIER 20/04 19:30hs- JUEV 26/04 17:30hs

Esta experiencia filmada es la construcción de preguntas que cada uno de los realizadores y trabajadores pudieron hacer en la imprenta recuperada Chilavert.

Jorge Gianonni, NN; ese soy yo - Gabriela Jaime (60min, 2000)

MAR 24/04 19:30hs- LUN 30/04 15:30hs

Jorge Gianonni fue testigo de la parte más oscura del cine independiente argentino de toda una generación. Una historia llena de encuentros y desencuentros, exilios, frustraciones, negativos quemados y algunos triunfos.

La Crisis causó 2 nuevas muertes- Patricio Escobar, Damian Finvarb, Marcel Gonnet (85min, 2006)

JUEV 19/04 19:30hs (Inauguración y charla-debate posterior a la proyección) - MIER 02/05 17:30hs

El film reconstruye y analiza los hechos ocurridos en la masacre de Avellaneda, las maniobras políticas del gobierno y la manipulación de los grandes medios de comunicación.

Originarios- Anibal Garisto y Silvina Cuman (60 min, 2005)

LUN 23/04 21:30hs- LUN 30/04 17:30hs

Documental sobre la imposición cultural, ideológica y económica que realiza el estado argentino sobre el pueblo Mapuche.

Prohibido dormir- Diego Pauli y Paula Bassi (70 min, 2004)

VIER 20/04 17:30hs- SAB 28/04 21:30hs

En los años 70, la cárcel de Rawson fue albergue de gran cantidad de presos políticos. Algunos vecinos de Trelew decidieron organizarse para prestar ayuda a los familiares y presos. Trascurridos los fusilamientos del 22 de agosto, en la madrugada del 11 de octubre, el ejército secuestra y traslada a la cárcel de Devoto a 16 ciudadanos que habían participado de aquella "comisión de solidaridad". La ciudad entera reacciona tomando el teatro como sede de una asamblea popular y masiva.

Raymundo – Virna Molina y Ernesto Ardito (127min, 2002)

MAR 24/04 21:30hs- SAB 28/04 15:30hs

Este largometraje cuenta la vida y obra de Raymundo Gleyzer, cineasta argentino secuestrado y asesinado por la dictadura militar en 1976. Este documental busca devolver lo que la C.I.A. y a las dictaduras latinoamericanas no pudieron destruir: la memoria, los ideales y el valor de la verdad.

Siglo Bohemio - Anibal Garisto, Monica Nizzardo, Javier Orradre (70 min, 2004)

SAB 21/04 19:30hs- LUN 30/04 19:30hs

El documental recorre la nostalgia y el recuerdo, con el olor de una tribuna de corazones latiendo, con nombres y deseos, lamentos y esperanzas... La pasión y el sentimiento bohemio situado exactamente en Villa Crespo y en su memoria.

Sommer - Julio Iammarino (72min, 2006)

DOM 22/04 21:30hs- MIER 02/05 15:30hs

Documental sobre un grupo de enfermos de lepra que viven en un pequeño pueblo dentro del Hospital Nacional Baldomero Sommer, en General Rodríguez, provincia de Buenos Aires.

Trelew: 22 de agosto. Memorias de un sueño de fuego - Antonio Muñoz (65min)

JUEV 19/04 17:30hs- DOM 29/04 19:30hs

Trelew, 22 de agosto de 1972… de la patria fusilada. Trelew, el ensayo de la barbarie de los años de plomo de la dictadura militar en nuestro país. 22 de agosto: Memorias de un sueño de fuego.

Uso mis manos, uso mis ideas - Mascaró Cine Americano (55 min, 2003)

MAR 01/05 21:30hs

En 1973, un grupo de militantes populares iniciaron un proyecto de alfabetización de adultos en un barrio de Neuquén, Argentina. Después de treinta años, se rescatan imágenes y testimonios de quienes participaron en esta experiencia.

Yaipota ñande igui, queremos nuestra tierra – Lorena Riposati, Hector Rivero, Natalia Polito (74 min, 2005)

DOM 29/04 15:30hs- MIER 02/05 19:30hs

El 16 de septiembre de 2003, la comunidad Guaraní El Tabacal fue reprimida y desalojada por el Ingenio San Martín del Tabacal, propiedad de la multinacional Seaboard Corporation. Niños y ancianos padecieron los golpes y simulacros de fusilamiento. Las 150 familias que reclaman el territorio conocido como La Loma, aún continúan luchando por sus tierras ancestrales.

Yo pregunto a los presentes – Grupo Cine Insurgente (60 min, 2007)

SAB 21/04 21:30hs- MIER 02/05 21:30hs

Los históricos cañeros de Bella Unión ocupan tierras retomando en la práctica las ideas de Artigas y de Sendic. La respuesta del gobierno "progresista" uruguayo es la misma que la de los anteriores: priorizar el poder del terrateniente y desoír al pueblo.

19/20 – Sebastián Menassé, Florencia Gemetro, Carolina Golden y Mariano Tealdi (60min, 2003)

MIER 25/04 15:30hs- VIER 27/04 21:30hs

Con material de archivo, el documental realiza una crónica de los días 19 y 20 de diciembre de 2001 e indaga en las contradicciones y motivos por los cuales miles de personas confluyeron a manifestarse en las calles.

Clase – Mascaró Cine Americano (50 min, 2006)

SAB 21/04 15:30hs

El Partido Revolucionario de los Trabajadores, con sus militantes obreros, contribuyó en el desarrollo de estos sindicatos desde la década del 60'. Su objetivo fue resolver las contradicciones del sistema, a través de una actuación revolucionaria práctica, sin olvidar que la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases.

El refugio del olvido - Diego Alhadeff (40min, 2002)

LUN 23/04 17:30hs- SAB 28/04 19:30hs

A partir de la recopilación de material de archivo de noticieros, programas periodísticos, publicidades de la época, este documental muestra cómo fue el manejo de los medios de comunicación durante el desarrollo de la guerra de Malvinas.

La resitencia – Daniela Goldes (41 min, 2005)

JUEV 19/04 15:30hs– LUN 30/04 13:30hs

Un acercamiento a la obra poético-política de Fernando Birri, considerado el Padre del Nuevo Cine Latinoamericano, creador de la Escuela de Cine Documental de Santa Fe y primer director de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, Cuba.

Mujeres re(v)beladas – Claudia Bueno, Flavio Clavete, Juan Mascaró (45min, 2006)

MIER 25/04 19:30hs- VIER 27/04 13:30hs

La mujer, el trabajo y las luchas feministas. Con entrevistas a O. Bayer, O. Viglieca, Mirta Lobato, Juan Suriano y Dora Barrancos.

Oaxaca, el poder de la comuna – Contraimagen (50 min, 2006)

DOM 22/04 17:30hs- MIER 02/05 13:30hs

El poderoso movimiento de lucha contra el gobierno de Ulises Ruiz, puso en pie la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca y organizó el poder territorial levantando barricadas y poniendo los medios de comunicación al servicio de los oprimidos. Esta es una historia de las mujeres que tomaron el canal 9 y lo pusieron a andar para el pueblo.

Rumberos - Fernando Krichmar, M. Fioramonti (42 min, 2006)

DOM 22/04 17:30hs- MIER 02/05 13:30hs

La rumba y la música afrocubana son una muestra de la cultura de un pueblo que lucha por construir una sociedad mejor. Fuera de todo carácter comercial vemos la auténtica resistencia de un pueblo.

Sin trabajo en el barrio – Verónica Cáceres, Juan Mascaró, Mariela Forto (43min, 2006)

MIER 25/04 17:30hs- SAB 28/04 13:30hs

El documental toma las historias de Jorge, Margarita y Oscar para hablar de la vida en uno de los barrios más pobres del conurbano bonaerense, La Matanza.